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114 HUMBERTO SALVADOR

Toda la actividad del alma se propone obtener placer y evi- tar dolor. Esta actividad está regulada por el principio del placer.

Pero mientras el principio del placer, esencialmente sexual, está íntimamente vinculado a la conservación de la especie, el principio de la realidad está en conexión con las tendencias del yo. También éstas, al comienzo, iban encaminadas a la obten- ción del placer, pero bajo la presión de la vida real, tuvie- ron que modificar su rumbo.

El yo aprendió de la realidad, que muchas veces hay que renunciar a la satisfacción inmediata, hay que aplazar la ob- tención del placer y aceptar el dolor. Así es como el yo no está completamente dominado por el principio del placer, si- no que se subordina al principio de la realidad. Este es acep- tado hostil y tardíamente por las tendencias sexuales.

La represión es otro de los conceptos fundamentales del freudismo.

Su presencia se reconoce por las resistencias que manifiesta el enfermo al tratamiento psicoanalítico. Se debe a que el pro- ceso psíquico ha llegado a la conciencia en virtud de una vio- lenta oposición, que es lo que le ha hecho transformarse en síntoma. La represión es el proceso que lleva a la generación y formación de los síntomas neuróticos. Es un elemento pa- tógeno, causa de enfermedad.

La oposición se manifiesta como resistencia o se desplaza como transferencia. Represión es el proceso patógeno que se manifiesta por la resistencia.

Todo proceso psicológico forma parte primeramente del in- consciente y puede pasar o no al consciente, según la intensi- dad de la resistencia que le oponga la censura. Pero aún los procesos que logran llegar, necesitan que la atención recaiga sobre ellos, para hacerse verdaderamente conscientes. Por eso se admite la existencia del subconsciente, zona intermedia en- tre el consciente y el “ello”.

Los síntomas tienden unas veces a procurar una satisfac- ción sexual al sujeto. Otras a preservarle contra la misma. En la histeria predomina el carácter positivo o de satisfacción. En la neurosis obsesiva, el negativo o ascético.

La resistencia es de diferente fuerza: en ocasiones es domi-