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CUENTOS EN DIALECTO PEHUENCHE CHILENO II

No entraré por ahora en mas detalles; como en los cuentos de animales (Estudio VI) me limito a presentar los materiales a los folkloristas i etnólogos.

Los títulos de los cuentos dados por Calvun, como se verá, se refieren casi siempre solo al principio de cada cuento; he añadido por esto otros mios mas característicos.

En las notas me limito a lo que me parece indispensable. Mas de una forma i frase todavía me es difícil en su análisis, pero en la idea de la traduccion no habrá errores fuera de aquellos pasajes que indico directamente como dudosos.

1. La novia del muerto

1. EPEU KIÑE L·A KUREYEUW∃RKEI MOŊEN DOMO EŊU 1. CUENTO [DE] UN MUERTO [QUE] SE CASÓ CON UNA MUJER VIVA
1. Feimeu l·arkei kiñe went'u, üñamŋërkei[1]. Feimeu ñi üñam aʎkukeeyu ñi l·an. 1. Entónces murió un hombre, estuvo amancebado. Entónces su querida oyó que había muerto.
2. L·alu rüŋalŋerkei[2]; laŋəmtukulelŋerkei ñi kaweʎu is't'okom; is't'okom ñi niel təkulelŋerkei, ñi chiʎa, ñi sipuela, ñi kuchiʎu, t'üpúe, ñi fünrüŋi tukulelŋerkei. 2. Muerto, fué enterrado; le mataron sus caballos todos; todos sus bienes le pusieron, su silla, sus espuelas, su cuchillo, chicote, su lanza de colihue le pusieron.
3. Feimeu yav mari antə l·alu amurkei ñi üñamyekeelchi d'omo-meu. Feimeu puwərkei pu t'avia ñi üñam-meu. Puwlu, feimeu «L·ai, piŋekeimi», piŋërkei. 3. Entónces más de diez días estando muerto fué donde la mujer que era su manceba. Entónces llegó al anochecer en casa de su querida. Al llegar él, entónces «Murió, se dice de ti (= te dicen muerto)» se le dijo.
—¿Koila-duŋu-un-am ve? Pirkei; vente koilaam che, pirkei. —¿No es mentira acaso esto? Dijo; tanto miente la gente, dijo.
4. Feimeu kudurkei kiñe püchi kampu eŋu; kudulu mavəlaateu təvichi püchi kampu. 4. Entónces durmió con un muchachito; durmiendo quería abrazarlo ese muchachito.
«Femkeeli, kompañ, pirkei; mətte kut'ankəlei ñi kadi», pirkei. «No me hagas esto, compañero, dijo, muy enfermo está mi costado», dijo.
  1. El araucano distingue perfectamente entre la esposa legal (kure) y la querida (üñam).
  2. Sobre las costumbres araucanas que se seguían al entierro, véase el capítulo IX de Los Aboríjenes de Chile por don José Toribio Medina, página 256 y siguientes.