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APARIENCIAS


solución del marido ultrajado, al sorprender á los criminales infriganti delicto : - - que vivan como cas- tigo!

Singular resolución; inopinada, que sorprende, porque nada la justifica ni la prepara. Pues qué, un hombre que no ha tenido empacho en portarse como un verdadero lagartijo de arrabal, sacrificando sin escrúpulos la vida purísima de su novia Magdalena, ¿acaso tendrá mayor inconveniente en arrojar el re- cuerdo de Elena al saco sin fondo del pasado? Bah ! lanzado en ese camino, para el don Juan mexicano aquella mujer es sólo una de las famosas mille e tre á que se refería Leporello, cuando decía con admira- ble frescura: Madamina, il catalogo é questo...!

La vida como castigo ! Y ¿ á quién ? A un hombre que no trepida en violar los vínculos más sagrados que existen, y que, en medio de su pasión, en su noc- támbulo paseo al barrio de las irredentas de México, se le ocurre sin repugnancia que algún día Elena po- dría convertirse en vulgar hetaira y volverse araña, —para usar un mexicanismo,— sin que tan mons- truosa idea le haga mayormente cosquillas !

La solución del libro es en realidad sofística, y es ello lástima grande, pues corona así una tesis desa- rrollada con tan desgraciada lógica, aún cuando con un talento tan sutil é innegable.