Página:Reseñas y Críticas Ernesto Quesada.djvu/325

Esta página no ha sido corregida
315
UNA NOVELA ARGENTINA


tremidad novio y novia, cuchicheando, diciéndose mútuamente esas mil y mil cosas tan dulces de de- cir como de repetir, mientras que en algún sofá la respetable mamá, profundamente aburrida, tiene que pasar las horas en el mayor mutismo ó parapetarse trás la lectura de algún libro ilustrado, para soste- ner con el sueño que la invade una descomunal cuanto desigual batalla! Friamente considerado, tal como el autor nos deja entrever su pensamiento — hay una cierta dósis de ridículo en todo esto... pero qué encantador parece, cuando se pasa recién por ello!

Nos lleva cl autor á la casa que será de la novia después, y si bien la coloca en la calle Piedras, (¿ por qué la calle Piedras, tratándose de una mansión del último buen gusto?), nos pasea por el salón Luís XVI, el comedor Enrique II, el fumoir chinesco, pisando alfombras de Bruselas y tropezando con ja- rrones de Sèvres. Quizá el señor barón no dió en ello muestras de muy distinguido buen gusto, y un ele- gante de genuina nobleza puede que hubiera evitado mezclar en una misma casa estilos tan distintos, épocas tan diversas y países tan diferentes, pero ya se vé, Cantillac no era en el fondo sino una pseudo - imitación del viveur del Bois y del boulevard des Italiens.