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MARY REGA MOLINA
de fino raso el zapato
que apenas roza la alfombra y de tul niveo la nube
que su conjunto atesora.
Va echando azahares, la frente; su cara, va echando rosas;
y bendiciones el Cristo
que pende de la Corona
que sus dos manos enlaza, como dos castas magnolias; su corazón va ensayando
fiel juramento de esposa;
y mientras llega al altar
la que mi labio ya nombra: Madre! con nimbo de Virgen y penas de Dolorosa,
grave, la espera el Amado, frente vieja en edad moza
y esa nostalgia infinita
que, niño, trajo de Europa. Planta confiada y experta
de andar jornada azarosa; —puente que tiende a los Alpes