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MARY REGA MOLINA
pesa una caja de cedro, —pero más pesa en mi dicha su misterioso silencio—
rezan sin voz las vecinas; llora cansado el abuelo;
tras de la tapia ruinosa
abre la fosa un «obrero; pero, qué gloria las sierras viste con vivos reflejos? sobre la muerte del ángel
se abren las puertas del cielo!