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RETABLO 17
DULZURA
STE niño de cuento, con las carnes de nardos, con los ojos de cielo, los cabellos de sol; la bondad nazarena del plumón de los cardos y la sangre gloriosa del suntuoso arrebol,
es la estampa arrancada de algún libro sagrado con los cantos dorados y en la tapa una Cruz; pero Amor, cuidadoso de pagar su pecado,
lo copió virtualmente del Infante Jesús.
Dios te guíe, Infantico, con su cándida luna,
y te marque un sendero milagroso de flor;
que es la luz y el perfume que hoy inciensan la [cuna,
que tu Madre disputa, como loba, al Dolor!