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Recordación Florida. 131

y delicado gusto y de útil y fácil nutrimento. Se nota en esta ave una extrañisima como singular propiedad que en otra alguna no se descubre, y es que tomando el aliento se hinchan con crecida disformidad, erizando toda la vistosa pluma del cuerpo y quedando, á la fuerza del aliento detenido y violento, todo su cuello y cresta encendido en color tan sangriento como la semejanza de un fino paño de grana, y dando un espacioso y largo paseo con las alas tendidas, de calidad que barre el suelo con ellas, al soltar el aliento detenido es con tan ruidoso estruendo como el tiro de un arcabuz. Y no por abundantes y fecundas en la cría, son comunes y poco estimadas, porque los indios que tienen este trato han asentado el precio en las propias tierras de su crianza y naturaleza que es de doce reales, y en las tierras calientes á donde las conducen á veinticuatro reales.

En las tupidas y enlazadas breñas de los montes deste valle, y en especial los que hacen y se tupen en lo profundo y hondo de las quebradas, se crían y hallan los maravillosos y estimables pájaros que llaman Cerrojillos y los indios Chajalsiguat, que corresponde á «guarda de mujeres»; y á la verdad es reparable la propiedad de su etimología indiana, porque la ligereza de una mujer, sola la de un pájaro puede guardarla ó el ruido de un cerrojo. Estos en el intermiso y dulce canto imitan y parecen al ruido de un cerrojillo que abre ó cierra. Son uniformemente emplumados de color encendidamente canelado á la manera del que llamamos color tangay, y los ojos muy encendidos con un cerco de plumillas negras. No sirven hermosos á la vista sino recreables al oído por su canto no imitado de otra ave, y sólo aventajado del Sesontle, que es admirable, puesto que la etimología de su nombre declara que tiene un sontle de voces, que son cuatrocientas diferencias. Hállanse en todos los temperamentos, y así son muy comunes; pero se logran pocos, porque su natural arisco y bravo los mata, y sólo se logran cogiendo los polluelos en el nido. Hay otros que llaman Sesontles cimarrones, de negra pluma y de un collarejo blanco, de muy dulce y sonoro canto; muchos Guirises