Esta página ha sido validada
Como Aquiles un día, me tapé las orejas.
Y les dije a las brisas: «Soplad, soplad más fuerte;
Soplad hacia las costas de la isla de la Vida.»
Y en la playa quedaba desolada y perdida
Una ilusión que aullaba como un perro a la Muerte.
Dafne.
¡Dafne, divina Dafne! Buscar quiero la leve
Caña que corresponda a tus labios esquivos;
Haré de ella mi flauta e inventaré motivos
Que extasiarán de amor a los cisnes de nieve.
Al canto mío el tiempo parecerá más breve;
Como Pan en el campo haré danzar los chivos;
Como Orfeo tendré los leones cautivos,
Y moveré el imperio de Amor que todo mueve.
Y todo será, Dafne, por la virtud secreta
Que en la fibra sutil de la caña coloca
Con la pasión del dios el sueño del poeta;
197