Página:Plagiado (1896).djvu/31

Esta página no ha sido corregida
23
HAGO CONOCIMIENTO CON MI TÍO

Á esto no respondí, permaneciendo en pie y mirando á mi tío, con el alma llena de cólera. Por su parte, continuó comiendo como quien se encuentra muy de prisa, dando miradas de soslayo ya á mis zapatos, ya á mis medias de tejido casero. Solo una vez, cuando se aventuró á mirar un poco más hacia arriba, se encontraron nuestros ojos, y un ladrón cogido con la mano en la masa no podría haber quedado más desconcertado. Esto me hizo preguntarme si su timidez provendría de la falta de trato con sus semejantes, ó si tal vez desaparecería en breve, convirtiéndose mi tío en otro hombre muy diferente.

De semejante meditación me despertó su voz chillona.

— Hace tiempo que murió tu padre?—me preguntó.

—Tres semanas, señor,—le respondí.

—Alejandro era un hombre reservado, un hombre reservado y silencioso, continuó.—Cuando joven nunca habló mucho. No debe de haber hablado tampoco mucho de mí.

—Nunca supe, hasta que Vd. me lo dijo, que tuviera un hermano.

¡Dios mío! ¡Dios mío!—dijo Ebenezer—¿ Ni tampoco habló de los Shaws?

—Ni aun siquiera le oí mentar el nombre, —repliqué.

—¡Es posible! ¡es posible!—dijo.—¡Qué hombre tan raro!

Á pesar de todo, parecía singularmente satisfecho, sin que me fuera posible saber si era de sí mismo, de mí ó de la conducta de mi padre. Lo cierto era que iba desapareciendo aquella aversión ó mala voluntad que había experimentado hacia mí desde el principio, porque poniéndose