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PARTE PRIMERA.

ARTÍCULO PRIMERO.

Del orígen y descubrimiento de la vacuna.

L

a vacuna o viruela de las vacas es una enfermedad que padecen estos animales en algunos parages o distritos. Consiste principalmente en la salida o erupcion de algunos granos que se les forman en sus pechos, y señaladamente en los pezones. Estos granos que generalmente son de un aspecto azulado, estan rodeados en su base de rubicundez inflamatoria mas ó ménos extendida, y contienen un fluido particular que su seca despues de algun tiempo, y forma una corteza, sin embargo de que tambien suele suceder algunas veces que dichos granos se abren, supuran, y forman una úlcera mas ó ménos pertinaz ú obstinada, segun que haya sido mas ó ménos la irritacion que la ocasionó por algun manejo áspero ó mal tratamiento.

ARTÍCULO II.

De las propiedades del fluido.

El fluido que contienen estos granos es muy diferente del pus ó podre de todo otro licor animal, pues es claro, trasparente, sin color, ligeramente viscoso, y puesto al ayre se seca con facilidad, formando como la clara de huevo una especie de barniz escamoso, quebradizo, que se deslie en el agua. Finalmente, este fluido es una, materia contagiosa capaz de traspasar la misma enfermedad, no solamente á las vacas, sino tambien á los hombres; y por esto sucede que los que estan encargados de ordeñar dichos animales enfermos, no padecen viruelas, si han tenido ya dichos granos, los quales se los comunican quando tienen grietas, rozaduras, ó cerraduras pequeñas en los dedos, ó en las manos, viéndose con freqüencia que les sobrevienen á estas partes granos que enteramente se semejan á los mismos de las vacas, y se llenan de un fluido que tiene la misma propiedad contagiosa.

ARTÍCULO III.

Origen, invencion y progresos de la vacuna.

Habiendo hecho conocer la observacion que las personas que accidentalmente, ó por casualidad, habian contraido dichos granos quedaban ya libres de recibir el contagio de las viruelas, y de padecerlas, se resolvió el Doctor Jenner á inocular, ó comunicar á los hombres por este medio artificial dicha enfermedad de las vacas, y publicó sus felices y primeras observaciones en el año de 1797.

Desde este tiempo la multitud de experiencias hechas con mucho cuidado y en diferentes partes del mundo, han demostrado que la in-