Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/423

Esta página no ha sido corregida
417
DESARROLLO DE LAS FORMAS ANTIGUAS Y EXISTENTES

otro tipo?» En la compleja lucha por la existencia es completamente creible que los crustáceos no muy elevados en su propia clase puedan derrotar á los cefalópodos, que son los moluscos superiores, y esos crustáceos, aunque no estén altamente desarrollados, ocupar un lugar muy alto en la escala de los animales invertebrados, á juzgar por la más decisiva de todas las pruebas, la ley de la batalla. Ademas de estas dificultades inherentes para decidir cuáles son las formas más adelantadas, no debemos solamente comparar los miembros más elevados de una clase en dos períodos determinados-aunque indudablemente este es un elemento, y quizás el más importante al hacer un balance-sino que debemos comparar todos los miembros altos y bajos en los dos períodos. En una época antigua pululaban en enjambres los más altos y los más bajos de los animales moluscóides, los cefalópodos y los braquiópodos; ahora ambos grupos están grandemente reducidos, mientras que otros de organizacion intermedia han aumentado grandemente; consecuencia de esto es que algunos naturalistas sostengan que los moluscos estuvieron en otro tiempo más altamente desarrollados que en la actualidad; pero por la parte contraria puede presentarse argumento más fuerte, considerando la vasta reduccion de braquiópodos, y el hecho de que nuestros cefalópodos existentes, aunque pocos en número, están más ele. vadamente organizados que sus representantes antiguos. Debemos tambien comparar las numerosas proporciones relativas de las clases superiores é inferiores en todo el mundo en dos períodos dados: si, por ejemplo, existen hoy 50.000 clases de animales vertebrados y supiéramos que en un período cualquiera anterior solamente existian 10.000, deberiamos mirar este aumento en el número de la clase superior, que requiere un gran desplazamiento de formas inferiores, como un adelanto decisivo en la organizacion del mundo. Así, pues, vemos cuán desesperadamente difícil es comparar con perfecta justicia, en relaciones tan extremadamente complejas, el tipo medio de organizacion de las imperfectamente conocidas faunas de los períodos sucesivos. Con más claridad apreciaremos esta dificultad examinando ciertas faunas y floras existentes. Por la extraordinaria manera de haberse desarrollado recientemente las producciones europeas en la Nueva-Zelanda y de haberse apoderado de lugares que debieron estar préviamento ocupados por las indí-