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TEOFRASTO.—CARACTERES MORALES.

Tiene también un patio cubierto de arena para que sirva de palestra, y un juego de pelota; y si encuentra á algunos filósofos, ó sofistas, ó esgrimidores, ó músicos, siempre les ofrece el juego para que se sirvan de él, y entretanto que se ejercitan, vuelve y se presenta con el fin de que un espectador diga á otro: Mira, éste es el amo del juego.


VI.

DEL ABANDONO Ó INDOLENCIA.


El abandono es tolerancia de acciones y palabras feas. Abandonado, pues, ó indolente es el que jura con facilidad y tiene el ánimo dispuesto á oir mal y ser vituperado. Es por costumbre un hablador de plaza, es un obsceno, un petulante, es capaz de todo. No haya miedo que se excuse de ponerse á bailar el cordax[1], aunque no esté embriagado, ni de tomar una máscara en el coro ó canto de la comedia, ni de cobrar la moneda en los espectáculos de juegos de manos, presentándose á todos, uno por uno. Andará á puñadas con los que traen boletines y quieren ver sin pagar. Capaz también de ser tabernero, de ser rufián y ser chalán, no se abstendrá de ningún ejercicio torpe, mas será pregonero, será cocinero, será


  1. Baile obsceno.