Página:Noli me tángere (José Rizal).pdf/219

Esta página no ha sido corregida
217
NOLI ME TÁNGERE

en Mandaluyong; os traeré todo vuestro dinero, que he salvado y guardado al pie del baliti, y en cuanto os sea posible abandonaréis el país...

—¿Para ir al extranjero?-interrumpió Ibarra.

—Para vivir en paz los días que os quedan de vida. De todos modos, el país extranjero para nosotros es una patria mejor que la propia.

Crisóstomo no contestó.

Llegaban en aquel momento al Pasig y la banca empezó á subir la corriente. Sobre el puente de España pasaba un jinete á galope y se oía un prolongado y agudo silbido.

Elfas-dijo al fin Ibarra,-me aconsejas que viva en el extranjero? pues ven conmigo y vivamos como hermanos. Aquí también tú eres desgraciado.

Elfas movió tristemente la cabeza y contestó: -Imposible! Es verdad que yo no puedo ser feliz en mi país, pero puedo sufrir y morir por él; siempre es algo.

—Entonces, ¿por qué me aconsejas que parta?

—Porque en otra parte podéis ser feliz y yo no, porque no estáis hecho para sufrir...

—Eres injusto conmigo!-exclamó Ibarra con amargo reproche.

—No os ofendáis, señor; no os hago ningún reproche. Sólo deseo vuestro bien. ¡Ojalá todos supiesen imitaros!

—¡No me marcharé, Elías! ¡No me marcharé! Ahora la desgracia me ha arrancado la venda; la soledad y la miseria de mi prisión me han enseñado; ahora veo el horrible cáncer que roe á esta sociedad, que se agarra á sus carnes y que pide una violenta extirpación. ¡Ellos me han abierto los ojos, me han hecho ver la llaga y me impelen á la rebelión! Y pues que lo han querido, seré fili-