Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/247

Esta página no ha sido corregida

.L MARQUÉS DE SÉVIGNE 237

capricho, á la ocasión ó á la sorpresa. Guardaos de imitar á esos imbéciles. Los corazones son la moneda de la galanteria; las personas amables son efectos que pertenecen á la sociedad; su destino es circular y hacen la felicidad de muchos. Un hombre constante es tan culpable, como un avaro que detiene la circu- lación en el comercio. Conservar un tesoro que le es inútil, mientras otros harían de él un uso admi- rable.

¿Qué es una querida á la que se conserva por con- vicción nada más? ¿Qué languidez no reinará en su trato? ¿Qué violencia no se empleará para decirla que se la ama, siendo esto falso? Raro es que la pasión ter- mine en los dos amantes al mismo tiempo. Entonces la constancia es una verdadera desgracia; la comparo 4 lo que hacía aquel tirano de la antigúedad que, para que expirase un hombre, lo colocaba al lado de un cadáver. La constancia nos condena al mismo supli- cio. Greedme; seguid vuestra inclinación por la otra mujer de que me habláis en vuestra carta; os aburrirá alguna vez, pero al menos, no os degradará. Si, como decís, es poco espiritual y muy, bella, su reinado no será largo. Pronto estaréis vacante y no dudo que á esa sucederán otra ú otras galanterías. Tal vez no esperéis el fin, porque por vuestra carta veo que Os habéis convertido en un hombre á la moda. Me lo prueba el nuevo sistema que habéis adoptado. No terminar una aventura antes de tener otra comen- zada, retirarse de la primera en proporción de los adelantos que se hagan en la segunda, nada mejor. Tener siempre una que ocupe los interregnos es una medida muy conveniente; es proceder con toda la pru- dencia imaginable. No dudo que os irá bien con un plan tan sabiamente combinado. Adiós