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dillera, la angosta faja chilena era en tiempo de los españoles una larga calle ó plaza de armas donde era continuo el guerrear.

En los límites australes dejó fundadas Valdivia las ciudades de La Imperial, Valdivia y Villarrica, con ese tino especial que tenía para elegir las poblaciones.

Su sucesor, García Hurtado de Mendoza pobló Angol y Osorno, la postrera ciudad hacia esta parte, por entonces. Tanto prosperó esta última, que sus colonos llegaron á reunir hasta 400.000 ovejas, más de 50.000 vacas, más de 50.000 caballos y mucha cantidad de ganado porcuno; y vecinos hubo que tuvieron encomendados 25.000 indios y más. Sus moradores cultivaban viñas y tierras de pan donde cogían trigo, maíz, garbanzos, lentejas y las demás legumbres. Lo que mejor se daba eran las camuesas y las manzanas; con ellas se engordaban los cebones. El que no las tenía, con enviar una carreta á casa del vecino, se las daban de balde. Cuadras enteras estaban plantadas de manzanos "que al tiempo de la fruta, entrar en ellas es entrar en una casa de olores, y no sirven más que perderse y darlas á carretadas", escribe Lizárraga [1].

  1. Fray Reginaldo Lizárraga, natural de Medellín, de Extremadura. A la edad de diez años vino con sus