PRIMERA PARTE I
CARACTERISTICAS DEPENDIENTES DE LA PASTONALIDAD E INTUICION
Dije ya antes que el alma de la mujer se diferencia esen- cialmente de la del hombre en razón del alterocentrismo que le sirve de eje, por contraste con el egocentrismo que le sír- ve de base al ánimo viril.
Si pensáis en las virtudes y defectos esencialmente mas- culinos: la sensatez, el sentido práctico, el valor, la sangre fría, la ambición, el orgullo, la tolerancia, la indolencia, la rag- nanimidad; si paráis mientes en el concepto que el hombre se forma de la justicia y del amor; si recapacitáis en las apti- tudes intelectuales del hombre, hallaréis siempre en su raíz el egocentrismo. según lo hemos definido más arriba, y la re- flexión, la pasividad, la indolencia, la indiferencia, la lógica, que vienen a ser los corifeos del egocentrismo.
Pero si os paráis a pensar en las virtudes y defectos pe- culiares a la mujer: la sentimentalidad, la compasión, el espí- ritu de sacrificio, la tendencia al litigio, la generosidad, el ca- rácter emprendedor, la ingeniosidad, el afán absorbente y la parcialidad; si reflexionáis en el concepto que la mujer se for- ma de la justicia y del amor, si recapacitáis en sus especiales aptitudes intelectuales, encontraréis siempre en su base el al- terocentrismo y la actividad, la pasión y la intuición que vie- nen a ser sus corifeos.
Pero la intufción, la pasión y la actividad no obran por modo uniforme; la actividad tiene aquí mucha parte; pero el verdadero elemento constitutivo del alma femenina, aquel
