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ALEJANDRO.

resuelto llevar la guerra por todas las regiones marítimas; y marchando él mismo por tierra, castigó á los caudillos que encontró delincuentes; y de los hijos de Abulites por sí mismo dió la muerte á Oxuarles, pasándole con una azcona; y como Abulites no le acadiese con las provisiones necesarias, contentándose con presentarle tres mil talentos en dinero, le mandó que lo echara á los caballos: no lo gustaron, y diciéndole entonces «pues de qué me sirvon tus provisiones?»» puso á Abulites en un encierro.

En Persia lo primero que ejecutó fué hacer á las mujeres el donativo de dinero; porque acostumbraban los reyes cuantas veces entraban en Persia dar una moneda de oro á cada una; por lo cual se dice que algunos iban allá pocas veces, y que Oco no hizo este viaje ni siquiera una, desterrándose por mezquindad de su patria. Descubrió al cabo de poco el sepulcro de Ciro, y hallando que habia sido violado, dió muerte al que tal insulto habia cometido, sin embargo de que era de los Peleos, y no de los menos principales, llamado Polimaco. Habiendo leido la inscripcion, mando que se grabara en caracteres griegos; y era en esta forma: «HOMBRE, QUIENQUIERA QUE SEAS, Y DE DONDE QUIERA QUE VENGAS, PORQUE DE QUE HAS DE VENIR ESTOY CIERTO, YO SOY CIRO, QUE ADQUIRÍ Á LOS PERSAS EL, IMPERIO: NO CODICIES PUES ESTA POCA TIERRA QUE CUBRE MI CUERPO. Cosa fué esta que puso muy triste y pensativo á Alejandro, haciéndole reflexionar sobre aquel olvido y aquella mudanza. Alli Calano, habiendo sufrido por algunos dias una incomodidad de vientre, pidió que se le levantara una pira; y llevado á ella á caballo, hizo plegarias á los Dioses y libaciones sobre sí mismo, ofreciendo las primicias de sus cabellos; y al subirá la hoguera abrazó á los Macedonios que se hallaban presentes, y los exhortó á que aquel dia lo pasaran alegremente y en la embriaguez con el Rey: diciendo que á éste lo veria dentro de poco tiempo en Babilonia.

Luego que así les hubo hablado se reclinó y se cubrió con TOMO IV.

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