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Plutarco.—Las vidas paralelas.

S 66 PLUTARCO. LAS VIDAS PARALELAS.

No debe hacerse caso del sofista Que áun en provecho propio nada sabe.

Dícese que en cierta ocasion, habiendo sido muchos los convidados á la cena, se encargó á Calistenes entre los brindis que alabase á los Macedonios, y que desempeñó el encargo con tanta elocuencia, que levantándose le aplaudieron y arrojaron sobre él coronas de flores; á lo que Alejandre habia dicho que; segun Eurípides, al que loma para su discurso Digno asunto, le es fácil ser facundo; añadiendo: «Mucho mejor podrás mostrar la habilidad acusando a los Macedonios, para que se hagan mejores advertidos de aquello en que yerran;» con lo cual, cantando Calistenes la palinodia, habia dicho mil cosas contra los Macedonios, y haciendo ver que la discordia y desunion de los Griegos fué la verdadera causa del incremento y poder de Filipo, habia cerrado de este modo el discurso:

En las revuellas de los pueblos suele El más rüin alzarse con el mando.

De resultas de esto añaden que fué muy amargo y pesado el odio que contra él concibieron los Macedonios, diciendo Alejandro que Calistenes no había dado á éstos pruebas de su habilidad, sino de su ojeriza.

Hermipo escribe que Estroibo, lector de Calistenes, fué quien refirió estas cosas á Aristóteles, añadiendo que Calistenes, habiendo conocido la aversion de Alejandro, dijo por dos o tres veces contra él al retirarse:

Murió tambien en juventud Patrocio, Que en virtud harto más que tú valia.