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CICERON.

I .

1 CICERON.

447 quebrantaron; y no encontrado á Ciceron, ni dándoles noticia ninguna de él los que allí habian quedado, se reflere que un mozuelo, educado por Ciceron en las letras y ciencias liberales, y que era liberto de su hermano Quinto, llamado Filologo, dijo al tribuno que la litera marchaba por las calles sombreadas con árboles hácia el mar; con lo que el tribuno dió á correr á tomar la salida; pero sintiendo á este tiempo Ciceron que Herenio se acercaba corriendo por el camino que llevaba, mandó á los esclavos que parasen allí la litera. Entonces llevándose, como lo tenía de costumbre, la mano izquierda á la barba, miró de hito en hito á los matadores, teniendo el cabello crecido y desgreñado, y muy demudado el semblante con la demasiada agitacion y angustia, de manera que los más se cubrieron el rostro al ir Herenio á darle el golpe fatal; y se le dió habiendo alargado el mismo Cicerou el cuello desde la litera. Tenía entonces la edad de sesenta y cuatro años. Cortóle por órden de Antonio la cabeza y las manos con que había escrito las Filipicas: porque Ciceron intituló Filipicas las oraciones que escribió contra Antonio; y hasta el dia de hoy aquellas oraciones conservan este nombre.

Cuando estos miembros fueron traidos á Roma, se hallaba Antonio celebrando los comicios consulares, y al oir la relacion y verlos, exclamó: «¡Ahora que no haya más proscripciones! Y la cabeza y las manos las hizo poner sobre lo que formaba barandilla en la tribuna: ¡espectáculo terrible para los Romanos! en el que no tanto era el rostro de Ciceron lo que veian, como la imágen del ánimo de Antonio; el cual tuvo, sin embargo, en estos sucesos un sentimiento laudable, que fué el de haber hecho entrega del liberto Filologo á Pomponia, mujer de Quinto. Esta, luego que le tuvo en su poder, además de otros castigos con que le atormentó, le fué cortando poco á poco las carnes, las asó, y se las hizo comer: porque así es como lo refieren algunos historiadores; aunque el liberto del mismo Cice-