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Plutarco.—Las vidas paralelas.

que estaba pronto á tomar las tropas de infantería y caballería que habia traido al Africa, y trasportarlas á Italia, haciendo de este modo que César los dejase á ellos, y mudando de plan corriera en su seguimiento. Mas como tambien se burlase Escipion de este partido, Caton se mostró pesaroso de haberse desprendido del mando; viendo que Escipion ni era capaz de administrar bien la guerra, ni si contra toda esperanza le salian las cosas felizmente, habia de hacer del poder un uso moderado y legitimo. Por lo mismo formó Caton concepto, y así lo expresó á los que tenta á su lado, de que no se podian tener buenas esperanzas del éxito de la guerra por la impericia y temeridad de los caudillos; pero que si por una feliz casualidad César fuese derrotado, sería preciso no permanecer en Roma, sino huir de la dureza y crueldad de Escipion, á quien ya se habian oido terribles y soberbias amenazas contra muchos; pero el mal vino más presto de lo que se esperaba, porque á muy alta noche llegó un correo con tres dias de viaje, anunciando que habiéndose dado una gran batalla junto á Tapso, todo se había perdido, quedando César dueño del campamento; que Escipion y Juba habian huido con muy pocos, y las demas fuerzas habian perecido.

A tales nuevas, como es natural en medio de una guerra, y siendo recibidas de noche, la ciudad casi perdió el juicio, y no podia contenerse dentro de las murallas; pero recorriéndola Caton, detenia á los que pugnaban por salir, y consolaba á los que se mostraban abatidos, disipando el terror y la turbacion del miedo con decir que quizá no habria sido tanto, y que la relacion sería exagerada; con lo que logró sosegar el tumulto. Por la mañana muy temprano echó un pregon para que acudieran al templo de Júpiter los trescientos que le servian de Senado, siendo ciudadanos romanos ocupados en el Africa en el comercio y en el cambio, y con ellos los senadores que allí se haIlaban y los hijos de éstos. Mientras se reunian se presentó