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EDIPO EN COLONO

se puede decir, lo decible y lo indecible, cuando de tal manera me injurias en presencia de éstos . Y encuentras bien adular a Teseo por su renombre, y a Atenas por que tan sabiamente está gobernada; mas luego que los alabas, te olvidas de que si alguna tierra sabe honrar con honores a los dioses, a todas aventaja ésta, de la cual tú has intentado robar a este viejo suplicante y le has robado sus hijas . Por lo cual yo ahora, invocando en mi favor a estas diosas, les pido y les ruego en mis súplicas que vengan en mi ayuda y auxilio, para que sepas qué tal son los hombres que defienden esta ciudad .

Coro.—El huésped, joh rey!, es honorable; sus des gracias funestísimas, y merece por ellas que se le de fienda.

Teseo.—Basta de palabras; porque los raptores lle van prisa y nosotros, los injuriados, estamos quietos.

Creonte.—Y a un hombre débil, ¿qué le mandas hacer?

Teseo.—Que me guies por el camino ése y vengas en mi compañía para que si tienes en algún sitio a las muchachas, me las entregues tú mismo; pero si los for zadores huyen, no es preciso fatigarnos . Otros hay que los persiguen, y no hay temor de que se les escapen, ni que den gracias a los dioses por haber salido de esta tierra. Pero anda delante y entiende que raptando has sido raptado, y que la fortuna te cazó mientras caza bas; porque lo adquirido con engaño o con injusticia no se conserva . Y no tendrás quien te ayude en esta empresa, aunque bien sé que tú solo y sin preparativos no hubieras llegado a tal orgullo en la osadia de que has hecho alarde ahora, sino que hay alguien en quien fiando tú has hecho esto . Mas es preciso que yo lo vea, y no deje que esta ciudad pueda menos que un hombre solo . ¿Comprendes bien esto, o crees que te hablan in