Página:Las mujeres de la independencia.djvu/104

Esta página ha sido validada


98
A las mujeres.

Michelet, preguntábale un dia a Ballanche, qué era la mujer — ¿Qué es? dijo reconcentrándose un momento el viejo i místico novelista, ¡es la iniciativa!

En efecto, recorramos la historia de la humanidad i la de nuestro propio corazon, i veremos dibujarse en su fondo la mano o la sonrisa de una mujer que es la iniciadora de los grandes i pequeños actos.

¿Quién odia i quién ama como ella? ¡Sobre todo quien ama! El jérmen del amor universal, del amor de la familia, del amor de la humanidad, está en su corazon tan poderoso i fecundo hoi como hace diez mil años. Podrá llegar un dia en que se estingan todos los sentimientos, en que no haya amistad, en que se odien los hermanos, en que los mismos hijos miren indiferentes a sus padresd; pero sobre la ruina de todos esos afectos se alzará puro e inestinguible el gran amor de la mujer: —el amor de la madre.

Por eso debemos engrandecer i elevar ese espíritu que contiene esencias tan inmortales i divinas. —¿Cómo? —Alejándola de la vida frivola i perezosa, impidiendo que desde su in-