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El sistema del Universo según Newton.

ralmente, considerar la Tierra como el sistema de referencia para el cual vale la ley de inercia, sino que éste será otro, afianzado en algún lugar del espacio cósmico. En experimentos terrestres, como el de la bola que rueda sobre la mesa, la trayectoria del cuerpo en libre movimiento no es realmente recta, sino un poco curvada. Si esto escapó y tenía que escapar a la observación primitiva, es a causa de la exigüidad de las dimensiones usadas en el experimento, en comparación con las dimensiones del globo terrestre. Aquí, como muchas veces sucede en la ciencia, contribuye la inexactitud de la observación al descubrimiento de una gran conexión; si Galileo hubiera podido hacer observaciones tan finas y exactas como los siglos posteriores, la confusión de los fenómenos hubiese dificultado grandemente el descubrimiento de la ley. Quizá no hubiese Keplero desenmarañado los movimientos planetarios, si en su tiempo se hubiesen conocido las trayectorias con la exactitud con que hoy se observan; pues las elipses de Keplero no son sino aproximaciones, de las cuales se alejan notablemente las verdaderas trayectorias, en espacios de tiempo largos. En la física actual ha sucedido cosa semejante; por ejemplo, en las regularidades del espectro; la muchedumbre del material exacto de observación ha dificultado grandemente el descubrimiento de relaciones sencillas.

Newton hubo, pues, de plantearse el problema de buscar el sistema de referencia, en que valieran la ley de inercia y los demás principios de la mecánica. Si hubiere elegido el Sol, la cuestión no hubiese quedado resuelta, sino solamente diferida; pues algún día podría descubrirse que el Sol se mueve, como es el caso efectivamente hoy.

Por estos motivos llegó Newton a la convicción de que un sistema de referencia empírico, establecido por medio de cuerpos materiales, no podía ser nunca fundamento de una ley con el contenido ideal de la ley de inercia. La ley misma parece, empero, por su estrecha relación con la teoría euclidiana del espacio, cuyo elemento es la linea recta, el punto de partida natural de la dinámica del espacio cósmico. Justamente por la