échame de aquí; yo me voy gustoso, pero ya sabes todo lo que me llevo.» — «Pero ¿qué fuerzas se han de emplear contra ti?—exclamé en el colmo de la turbación. Sean morales ó materiales, algunas fuerzas habrá que te venzan, demonio incomprensible, más fatal que cuantos se emplean en tentar á los hombres, llevándoles por los caminos de todos los vicios.» 1 — «Contra mí no hay nada que prevalezca contestó recobrando poco á poco su habitual buen humor y ligereza — . Ningún arma me puede herir; no tomes en serio lo que ha pasado; no creas que me has vencido, pobre loco; lo que has visto no ha sido más que un incidente preparado con objeto de atraparte mejor. Esta casa ya es mía; ya he penetrado en ella y no me puedes arrojar; todo el mundo sabe que Paris ha entrado en tu casa, y tú, aunque emplees todas tus facultades, todo tu dinero, cuanto existe y cuanto vale en la tierra, no podrás convencer á nadie de lo contrario...» — «¡Oh!, yo no sé lo que haré —grité desesperado—; yo voy á pegar fuego á esta casa para que perezcamos todos.» — «¡Fuego—dijo él, riendo diabólicamente é incorporándose en el lecho—, fuego! Si ese es mi elemento, si vivo en él: fuego es mi
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La sombra