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ros siglos, nos deben inspirar ódio al luxo y fausto que se han introducido entre nosotros, é infectado las Cortes de los Grandes, mas dadice Juvenal(1), ñosos para los Reynos, segun que las guerras y las armas.

Las respetuosas ceremonias, y exactitud de sus sacrificios, en los que se halla bastante conformidad con los prescriptos por Dios en los Libros Santos, nos enseñan á practicar los que exige la Religion Christiana de sus Fieles sequaces, con zelo, con piedad y devocion. Asi como vemos que en todas sus empresas, casos extremos é infelicidades, recurrian los Paganos á implorar humildemente el socorro, proteccion y ampáro de sus Dioses, con libaciones, ruegos y sacrificios; del mismo modo debemos nosotros implorar los auxílios del soberano dadero Dios que veneramos, quando nos veamos en semejantes ocasiones, extremos y peligros.

Tambien se verá que estos Gentiles observaban ciertas ceremonias en sus festines y convites, guardando en la colocacion de los que y ver(I) Saevior Armis Luxuria incubuit victumque ulciscitur orbem.

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