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cesa la escuela de ser esa institución ilógica y bárbara que conocemos, convirtiéndose en la primera célula de un organismo social racional, basado sobre el estudio cientifico, sobre la evolución normal de la raza.

Así la educación por el ambiente se ocupará de lo visible y de lo actual, de lo tangible y de lo concreto.

Definir, clasıficar, dar un estudio profundo sobre un asunto no son cosas que razonablemente podamos exigir a un niño que todavía no conoce nada del mundo y de la vida; dejémosle adquirir la adecuada experiencia, y la prudencia necesaria se le presentará indispensablemente cuando haya tanteado y gustado lo que le rodea. Después veremos : si un día siente avidez por instruirse, siempre tendrá a mano libros para calmar su ansia de saber. Añadamos que este inétodo es preferible a la aparición de un cambio en la escuela actual. El niño, hecho ya el hombre renovado, lo llevará consigo en la vida y sabrá aplicarlo en todas las situaciones posibles; mirará el panorama del mundo con el candor de la infancia y se mezclará en la actividad social en el sentido que mejor convenga a sus facultades innatas.

La educación por el ambiente viene a ser en cierto modo el lazo de unión entre la escuela, por una parte, y la vida real y la actividad social, por otra; prepara naturalmente al alumno para todo género de trabajos, escolares o no escolares, rurales o urbanos, terrestres o marítimos, hasta puede decirse que será la base de la ciencia misma, porque permitirá en lo sucesivo reunir cada una de las partes más ínfimas de ella a la vida universal. Si todos los maravillosos descubrimientos recientes en el dominio científico metamorfosean profundamente nuestras harto estrechas e indeterminadas concepciones sobre la constitución del mundo, si las especulaciones que podemos permitirnos respecto de la naturaleza intima del substratum material son ya muy suficientes para satisfacer nuestra necesidad de saber, la transformación de la escuela en un organismo vivo, en que el sér adquiera una noción concreta de la naturaleza, es evidentemente la primera etapa que se ha de seguir para marchar hacia ese conociiniento integral del mundo y de la vida. No es ya un curioso y bien sintomático es-

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