Página:La Eneida - Dalmacio Velez Sarsfield y Juan de la Cruz Varela.pdf/77

Esta página no ha sido corregida
76
LA ENEIDA

la divina instruccion de Palas un caballo cual una montaña, fabricando sus costados de abeto. Fingen ser voto por su vuelta, y esta voz corre. Los guerreros mas valientes, designados por la suerte, son furtivamente encerrados en sus flancos tenebrosos, y todas sus grandes concavidades y su vientre. se llenan de soldados armados.

Frente á Troya hay una isla famosa: Ténedos, poderosa por sus riquezas, mientras existia el reino de Priamo. Ahora es solo una simple rada y abrigo mal seguro de los buques. Para alli se marcharon los Griegos á esconderse en la desierta ribera. Nosotros creiamos que se habian ido, y que se dirijian á Micenas, con viento favorable. Al momento toda Troya abandona su largo duclo; ábrcnsc las puertas; se apresuran á salir para ver los reales de los Griegos, y aquellos lugares ahora desiertos y la ribera sin ninguna nave. “Aqui estaba el escuadron de los Dólopes, decian unos: alli el cruel Aquiles plantaba sus tiendas; este era el lugar para los buques; aqui las tropas acostumbraban combatir." Otros se asombraban del funesto presente á la casta Minerva, y admiraban la mole del caballo. Timetes, cl primero, nos exhorta á llevarle dentro de las murallas, y colocarle en la ciudadela, fucse por dolo ó porque asi ya lo disponian los Destinos de Troya[1].

Pero Capis y otros de mayor prudencia quieren que se precipite en las ondas, como insidia ó sospechoso pre-