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EDGAR POE.

mucho á la verdad. De todos modos se mostraba á mis ojos indudablemente la totalidad del diámetro máximo terrestre: veia el hemisferio Norte como representado en un mapa y en proyeccion ortográfica, y el círculo máximo ecuatorial casi coincidia con el que formaba mi horizonte. Es bien claro que Vuecencias concebirán sin dificultad, que unas regiones no esploradas hasta hoy, y que se hallan dentro del círculo polar ártico, por más que las tuviese á mis plantas, y por consecuencia visibles sin escorzo alguno, érame imposible examinarlas detalladamente por lo disminuidas que se hallaban en tamaño y por lo escesivamente lejano que se encontraba el punto de observacion.

A pesar de esto, lo que á mis ojos se presentaba era de naturaleza bien singular é interesante. Al norte de la orla inmensa que ya dije antes y que puede definirse, salvo ligeras restricciones, llamándola límite de las esploraciones humanas en aquellas regiones, se estiende sin interrupcion, 6 casi sin interrupcion, una sábana de hielo. A la inmediacion de su contorno ó frontera, la superficie de este mar pierde sensiblemente su curvatura; más lejos, llega á deprimirse hasta parecer plana, y finalmente degenera en cóncava, terminando en el mismo polo, en una cavidad circular, de bordes muy marcados, cuyo diámetro aparente tenia desde el globo unos 65 segundos. El color de este espacio era variablemente oscuro, siempre en mayor grado que nin-