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PROCEDIMIENTOS DIVERSOS

mada en documentos de esta época de cuerda seca. Tiempo hace que conocíamos este género de fabricación, y que lo habíamos considerado como una notable variante; pero, ignorábamos la designación con que lo distinguieron los antiguos para diferenciarlo de los demás que al mismo tiempo empleaban, hasta que dimos con el curioso asiento consignado en el libro de Cargo y Data de nuestra Catedral, de 1558, que dice: «á Roque Diaz por 550 holambres de azulejos y 74 alizares y 52 azulejos de cuerda seca y por 24 verduguillos que hasta oy se han traydo para el solado de la pieca para la librería 2422 mrs.» Teniendo en cuenta este dato, si detenidamente estudiamos todos los procedimientos empleados por nuestros azulejeros, creemos que sólo puede aplicarse á los que ofrecen sus adornos circunscritos por perfiles de manganeso y grasa, que con la cochura resultan opacos, esto es, de cuerda seca, calificativo que ha tomado ya carta de naturaleza entre alfareros y ceramófilos.

Consiste en imprimir sobre el barro por medio de una placa ó matriz metálica, que algunos creen que fué de madera, cualquier dibujo, quedando en relieve las líneas y perfiles de los adornos, las cuales por uno y otro lado á su vez, ofrecen también líneas que se ven rehundidas, y además, hállanse perfiladas como dijimos, con grasa y manganeso, cuyas sustancias dejan aisladas por completo las tintas polícromas con que son esmaltados los referidos adornos y figuras del azulejo. El pincel cargado del vidrio deposita en los centros los diferentes esmaltes y por consiguiente, vienen á resultar en cada uno de los espacios circunscritos por las líneas del manganeso, unos adornos en bajísimo relieve, análogos á los que los franceses llaman cloissons. (Fig. 15).

No se habían introducido aún en la fabricación de la azulejería los variadísimos adornos que se vieron muy poco tiempo después, como resultado de las influencias italianas: todavía los ceramistas sevillanos continuaban apegados á las tradiciones de moros y mudejares; por lo cual, los únicos motivos ornamentales que mejor se prestaban al nuevo procedimiento de cuerda seca, eran las combinaciones geométricas, ya imitando con gran fidelidad los dibujos de estrellería que se emplearon en el verdadero