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PATAGONIA.

de color de ámbar cuando seca. Tie- ne un olor tan aromático y fuerte como el del incienso. Arde como la mejor resina, exhalando un olor muy suave , y deja por residuo un aceite ne^izco, incombustible, y que enfriándose se convierte en un cuerpo duro que puede servir para encolar. Esta goma tiene mucha analojía con la goma amoníaca : el mismo sabor y olor, y el mismo re- siduo después de la combustión. Las aguas que cercan las islas Malvinas son casi tan ricas como ellas en vejetafes , y por tanto solo hay lugar para citar la planta llama- da vulgarmente baudrcux, «Eleva sus tallos o palos, dice Pernetty, hasta la superficie de las aguas , y en ella se i>ostiene por medio de una especie de ampolla llena de aire , que forma el nacimiento ó arranque de la ho- ja. Sus raices, que suelen tener hasta veinte brazas de largo , son amari- llas como el tronco de la planta. En- trelazadas una con otra , forman un haz ó lio al cual se acojen las alme- jas. j4nimal€s,-—Xá emSs d e los bueyes, caballos, cerdos y conejos, que in- troducidos por los Europeos en las islas Malvinas, se han multiplicado allí prodijíosamente, y viven en el estado salvaje, se encuentra en aquel archipiélago una especie de zorra diferente de las otras especies comunes. Se cre^ ser este ultimo cuadrúpedo peciüiar de las Falk- land, porque tiene proporciones mas grandes aue la zorra de la Pa- tagonia y de la Tierra del Fuego; pero esta opinión nos pai*ece mal fundada. Hoy dia se sabe que la mayor parte de los animales trasportados á un clima diferente del suyo propio , sujetos á nuevas condiciones de exis- tencia, se trasforman en cierto mo- do, tanto en cuanto á lo físico co- mo en cuanto á costumbres ó pro- piedades. Así se han visto gatos do- mésticos tomar en el estado salvaje un desarrollo tan estraordinario , que hubiese sido difícil de adivinar su oríjen. ¿Quien puede asegurar pues que la zorra de las Malvmas , cuando nadie prueba su carácter aboríieno, nó es orijinaria de laTier ra del Fuego , y que no se ha tnodifí- cado bajo el imperio de circunstan- cias particulares? Son tan numerosas las aves en las Malvinas , que cubren algunas veces llanos inmensos y playas de muchas kguas de estension. Las mas nota- bles son la avutarda, el cuervo ma- riño, la golondrina , la gallineta, la avefría, el zorzal , el cisne de cabe- za negra , la oca y el pato, aclimata- dos por los Españoles y Franceses; el Kájaro gobo , esta especie de anfi- io que los naturalistas han descri- to tantas veces , que cava sus habita- ciones subterráneas en las ensena- das mas abrigadas y que hace reso- nar las riberas desiertas con su craz- nido , perfectamente parecido al re- buzno del asno. De todos los anima- les que concurren á las Malvinas los 3ue merecen mas atención y que urante cierto período han dado tan gran importancia á la posición de estas islas,. son los anfibios deí jéncy ro foca. Los navegantes señalan par- ticularmente el otario de Pernet- ty (1) , el oso marino , y el elefante marino. Pernetty ha confundido al otario con el elefante de mar, bajo la denominación común de león ma- riño, «Esta foca , dice Mr. Lesson en un artículo notable del Diccionario clásico de Historia natural^ adquie-^ re una estatura considerable, según Pernetty, pues afirma cjue algunas de ellas tienen hasta veinte y cinco pies de largo y diez y nueve á vein- te pies de circunferencia. Le carac- teriza el pelo de la parte superior del cuerpo, particularmente el que puebla la cabeza , el cuello y las pa- letillas, que es tan largo como el pelo de una cabra. Pero Forster, que es mas digno de crédito , dice que el león marino del sur solo tie- ne unos doce pies de largo cuando^ mas, y siete á ocho las hembras. » He aquí la descripción que hace es- te hábil compañero del ilustre Cook; «El cuerpo es grueso, cilindrico ^ (2) «Otaria leonina», Perón; «Otaria jii- bata» , Desmarets ; «platyrbyncus^leoninnr^ CuTÍer, etc.