mado, pues, entre los suyos por padre de la scena inglesa y el mayor Poëta de su siglo, ¿qué estímulos no sentiria para dedicarse á merecer y asegurarse en el concepto universal dictados tan gloriosos, por mas de veinte años que permaneció en el teatro: ya como actor, ya como interesado en el gobierno y utilidades de su Compañía? Las piezas cómicas ó trágicas de este escritor, que hoy existen y se reconocen por suyas“, llegan á treinta y dos, con otras diez mas que se le atribuyen, acerca de las quales son varias las opiniones de los eruditos: se cree tambien que hubiese compuesto otras, y que en las de algunos Poëtas de su tiempo, especialmente en las de Jonson, hay muchas scenas y planes suyos.
La Reyna Isabel, aquella gran Princesa cuyo nombre no se repite en los