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Estudios literarios.

rados á males desesperados. En Grecia, donde no se hallaba la oligarquia tan profundamente arraigada como en Roma, la multitud corregia con excesos violentos los abusos que debian combatirse en Italia por los medios que daba la Constitucion, y así se veia que las muchedumbres expulsaban ó mátaban á los ricos, repartiéndose sus bienes, ó que los ricos, entre quienes reinaba mejor y más concertado acuerdo y poseian mayor suma de dotes militares, si eran al cabo vencedores, apelaban á idéntico remedio, desarmando á cuantos no les inspiraban conflanza, expulsando á veces la clase proletaria, en masa, de la ciudad, para quedar solos en ella con sus siervos, ó pasándolos á cuchillo.

Alenas y Lacedemonia solas vivieron libres en cierto modo de tales calamidades. En Atenas, las arcas de los ricos se abrian de tiempo en tiempo para socorro de los necesitados, lo cual, si bien se examina, era una ventaja considerable, asi para los que daban como para los que recibian; pues por este medio, los primeros se libraban del pillaje, y los segundos de los peligros que lleva consigo todo acto de violencia. Lacedemonia, que tenia un sistema de esclavitud más odioso aún que cuantos han existido, se precavia del mal anulando casi por completo la propiedad particular. Licurgo comenzó por una ley agraria; abolió despues todas las profesiones, excepto la de las armas, y formó una sociedad de soldados, en la cual cada individuo tenía derecho á los servicios de una multitud de siervos, y por tal manera preservó al Estado de las sediciones á costa de los ilotas. De todo su sistema, esta parte es la que hace más honor á su talento y más vergüenza á su corazon.

Mr. Milford no pára mientes en estas consideracio-