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Estudios literarios.

consideraron siempre como enemigos mortales á sus mejores servidores. Hé aquí, en resúmen, las babilidades que prolongan la existencia de ciertos gobiernos.

Pero si la politica exterior de los lacedemonios era odiosa y despreciable, no lo fueron ménos sus instituciones domésticas; porque el carácter de sus leyes consistía en intervenir constantemente en todos los detalles del sistema de la vida humana y en luchar asimismo contra la naturaleza y la razon. Acaso sea bueno combatir arraigadas preocupaciones del espíritu popular; pero es insensato pretender extirpar las pasiones y los ínstintos naturales, pues si se logra reprimir sus manifestaciones exteriores, como el sentimiento persiste, aunque apartado de sus objetos naturales, desorganiza, descompone y devora el espiritu y el cuerpo de su victima. Esto que se advierte en el seno de las sectas ascéticas, es lo que se vió entre los lacedemonios. De ahí esa manera de locura, esa violencia casi frenética que con tanta frecuencia estallaba, á pesar de las ligaduras exteriores, entre los más ilustres ciudadanos de Esparta. Cleómenes, por ejemplo, terminó una carrera de violencias y crueldades terrible, despedazándose á si propio, y Pausanias pareció siempre loco: formó proyectos insensatos, los detató é hizo fracasar con la ostentacion de su porte y la imprudencia de sus medidas, enagenándose, además, con su insolencia la voluntad de aquellos que hubieran podido servirlo ó protegerlo. Xenofonte, grande admirador de Lacedemonia, nos suministra en orden á este particular pruebas abundantes y convincentas, y no es posible negar en vista de ellas la brualidad furiosa y estulta que caracteriza á casi todos los lacedemonios con los cuales trabó conoci-