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Estudios literarios.

prensa, encubiertos bajo el velo del anónimo. Dicho sea en honor de Goldsmith, sus buenas cualidades y sus defectos daban á las personas de su trato la certidumbre de que jamás cometeria semejantes acciones; pues no era ni tan malo ni tan pervertido que fuera capaz de ciertas infamias que han menester para realizarse constancia y disimulo.

Pretenden algunos que fué Goldsmith un hombre de felicísimo ingenio, maltratado por la sociedad y condenado á luchar con grandes dificultades que acabaron por destrozarle el corazon. Nada es ménos cierto. Mucho tuvo que sufrir á los principios de su carrera y miéntras no se dió verdaderamente á conocer en las letras; pero despues que pareció su nombre inscrito en la primera hoja de El Viajero, solo él fué causa de sus miserias, pues sus ingresos ascendieron, durante los últimos siete años que vivió, á más de 400 librases terlinas anuales, cantidad equivalente 800 en nuestros dias; y un hombre soltero y sin familia, que vivia en el Temple, podia entonces con esa suma pasar por rico. Seguros estamos de que no habia en su vecindad uno por cada diez jóvenes de familias opulentas que estudiara leyes, á quien su padre diera tanto para vivir con lujo; pero todas las riquezas que trajo lord Clive de Bengala, unidas á las que trajo de Alemania Lawrence Dundas, no habrian bastado á Goldsmith, que siempre gastó el doble de sus ingresos naturales y corrientes en vestidos lujosos, en espléndidas comidas, en hacer la corte á mujeres venales, y en socorrer, dicho sea esto en honra de su corazon ya que no de su juicio, todas las desgracias verdaderas ó fingidas que acudían á él. No era, sin embargo, en vestir, dar convites, cortejar damiselas y hacer buenas obras en lo que gastaba más dinero, sino en