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Oliver Goldsmith.

carácter. Ahora diremos que la novela vendida por Johnson de este modo y en tal ocasion, era El Vicario de Wakefield.

Pero, antes de que viese la luz pública El Vicario de Wakefield, tuvo lugar el más grande acontecimiento de la vida literaria de Goldsmith, con la impresion de su poema titulado The Traveller, que pareció algunos dias antes de la Navidad de 1764, porque con él se elevó de repente á la altura de los verdaderos clásicos ingleses, poniendo á los criti cos más escrupulosos y dificiles en el caso de reconocer que no se habia escrito nada mejor desde el cuarto libro de La Dunciada. El Viajero (The Traveller) difiere de las demas obras de Goldsmith en que la ejecucion merece los mayores elogios, aun siendo bueno el cuadro, mientras que en aquellas este es malo y buena la ejecucion. Nunca ningun poema filosófico, antiguo ni moderno, tuvo plan más noble y sencillo al propio tiempo. Un viajero inglés sentado en un peñasco en lo más alto de los Alpes, cerca del punto de donde arrancan las fronteras de tres naciones, contempla y se extasía con la perspectiva inmensa que se desarrolla á su visla en dilatado panorama; y recordando la diversidad de los aspectos, climas, gobiernos, religiones y caracteres que ha observado, concluye que nuestra felicidad no consiste en las instituciones políticas, sino es en nosotros mismos, en nuestra alma, en su temperamento y en su gobierno propio.

Cuando se puso á la venta la cuarta edicion de El Viajero, hizo su aparicion El Vicario de Wakefield, logrando en pocos dias una popularidad que áun dura y que durará probablemente tanto como dure la lengua inglesa. La trama de este libro es detestable, y carece, no solo de la verosimilitud