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Oradores atenienses.

pero la raza de los estadistas decayó y acabó por extinguirse casi. Temistocles y Pericles no hubieran podido luchar con Demóstenes en la Asamblea, pi con Ificrates en el campo de batalla; pero se hallaban infinitamente mejor preparados y dispuestos para ejercer la direccion suprema de los negocios.

Los progresos del arte de la guerra y los del arte oratorio entre los griegos ofrecen coincidencia nor table, pues marcban unidos cual si fueran de la mang bácia la perfeccion simultánea y por las mismas causas. Los primeros guerreros, como los primeros oradores de la Grecia, no eran otra cosa que milicia, y la experiencia vjoo á demostrar que en ambos empleos la práctica y la disciplina daban la superioridad[1]. Cada una de estas ocupaciones fué pri-


  1. Muchas veces hemos pensado que debia de atribuirse á la circunstancia indicada en el texto uno de los sucesos más notables de la historia griega. Nos referimos á la decadencia silenciosa y rápida del poder de Lacedemonia. Poco despues de terminar la guerra del Peloponeso, cor menzaron á declinar las fuerzas de Lacedemonia. Su disciplina militar, su constitucion social eran las mismas. Agesilau, bajo cuyo reinado comenzó á percibirse el cambio, era el más apto de sus monarcas. Sin embargo, los ejércitos de Esparte fueron derrotados entonces en las batallas, suceso que jamás se creyó posible en un principío. Todos convienen en que se batian bizarramente; pero no eran recompensados ya como en lo antiguo y cual esta ban acostumbrados. Ningun historiador, al menos que sepamos, da solucion á este problema. A nuestro parecerla verdadera causa de esto es la siguients: los lacedemoníos eran los únicos entre los griegos que tuvieran ejército permanente: y en tanto que los ciudadanos de las otras repúblicas es ocupaban en la agricultura y en el go mercio, ellos sólo atendian al estudio de la disciplina militar. De aquí la inmensa ventaja que tenian sobre sus vecinos durante la guerra contra los persas y la del Peloponeso, ventaja que siempre tienen las tropas regulares sobre las milicias, y que perdieron cuando despues los de-