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Oradores atenienses.

introduccion en el discurso de asuntos extraños á la materia sobre la cual versa, las alusiones á cosas y á hechos políticos en negocios judiciales, las afirmaciones aventuradas, las súplicas vehementes, las invectivas furiosas, todo lo que demuestra, en fin, la prudencia y habilidad de aquellos tribunos. No debemos, pues, fijarnos maliciosamente, ni detenernos con escrúpulo en el exámen de ciertos argumentos y frases, sino ceder á las primeras impresiones; porque si es indispensable leer mucho y reflexionar más para poder apreciar con equidad cualesquiera otras obras literarias, aquellas cuyo mérito consiste en el efecto instantáneo que nos producen, débense aquilatar de igual manera, ep nuestro concepto, para que sea más exacto y oportuno el juicio formado.

La historia de la elocuencia en Atenas es por extremo interesante. De muy antiguo abundaron ep ella los grandes tribunos: Pisistrato y Temistocles debieron, á lo que se dice, mucha parte del influjo que ejercieron á sus dotes oratorias; de Pericles sabemps positivamente que fué hombre dotado de la más extraordinaria elocuencia, y Tucidides nos ha conservado la parte más esencial de algunos discursos suyos. Es indudable que un escritor de tanta cuenta como él habrá trasmitido con fidelidad la relacion de los argumentos, aunque no la forma, que tap principal papel representa en la oratoria, porque como ningun valor tenía para la narracion, es evidente que no trató de conservarla; así es que cuantas praciones trascribe sobre varias materias y pronupciadas por diversos personajes, tienen el mismo corte; siendo idéntica en la forma, y ésta no la más adecuada por cierto á los efectos oratorios, la que pronuncia el grave rey de Esparta, á la del dema-