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Estudios literarios.

en sus instituciones públicas y en sus gustos literarios eran diametralmente opuestos á las naciones orientales, tenian con ellas muchos puntos de semejanza en sus costumbres domésticas, preocupándose muy poco de la inteligencia de las mujeres, á las cuales recluian en el hogar; siendo uno de los menores inconvenientes de tan pernicioso sistema el que las Frines y las Lamias monopolizaran la cultura intelectual y la distincion de maneras que en las épocas de mucha civilizacion necesita el bello sexo para influir verdaderamente sobre los hombres. Faltaban en Grecia los elementos que son indispensables al amor honesto y caballeresco, porque las matronas y sus hijas, encerradas en el gineceo, insulsas, sin educacion, ignorantes de todo lo que no fuera oficios manuales y caseros, carecian de aquellos atractivos y encantos que tanto despiertan y mueven el afecto, mientras que sus rivales, Gracias y Arplas á un tiempo, ávidas de dinero y caprichosas, por más elegancia, seduccion y conocimientos que reunieran, no podian inspirar en modo alguno el primero y más fundamental y necesario de los afectos, el que nace del respeto que infunde al hombre la mujer honrada.

La sociedad romana valia infinitamente más que la ateniense bajo este aspecto, y á su literatura se debe hasta cierto punto la superioridad de la una sobre la otra, no sólo porque los poetas romanos aventajaron á los griegos en la pintura de las pa siones amorosas, sino porque ninguno de cuantos asuntos se propusieron lograron desarrollarlo tan hábil y cumplidamente, siendo necesario convenir que Ovidio, Cátulo, Tíbulo, Propercio y Horacio, á pesar de sus defectos, se elevaron á grande altura en esta parte, sin que olvidemos á Plauto, el cual,