Página:Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf/29

Esta página no ha sido corregida
XXIII

Macaulay tomó asiento en la alta Cámara, gozando poco tiempo de su nueva y merecida dignidad, pues los rápidos progresos de su dolencia lo acabaron, arrebatándolo al amor de sus deudos y á la admiracion de sus contemporáneos el 28 de Diciembre de 1859.

Sus despojos yacen bajo las bóvedas de Westminster, panteon espléndido, en el cual la Inglaterra reconocida ofrece asito donde descansen á las cenizas de sus hijos más ilustres[1].

Lord Macaulay, dice uno de sus biógrafos, era lector incansable y estaba dotado al propio tiempo de tan prodigiosa memoria que todo lo retenia, gustándole mucho, además, las canciones populares y las antiguas baladas, y se afanaba interrogando los ecos de los tiempos pasados para desentrañar y descubrir el sentido de las impresiones y de los afectos que fueron su inspiracion. Era bondadoso y amable por extremo, y poseía el don de hablar de tal manera, que su conversacion fué siempre natural, amena, sencilla, instructiva, copiosa é inagotable como las páginas que trazó su pluma.

El juicio más exacto é ingenioso que se ha pronunciado sobre lord Macaulay, concluye el autor á quien nos referimos, lo debemos á lord Melbourne, su grande amigo, cuando dijo: «Quisiera estar tan cierto de una sola cosa como él lo está de todas.»


  1. Lord Macaulay fué sepultado á poca distancia de Addison, cuya biografia escribió.