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Lord Byron.

lord Byron experimentó pueril satisfaccion al recibir las felicitaciones de sus amigos con motivo de su primer discurso en la Cámara de los Lores.

No decimos con esto que su tristeza fuera enteramente fingida. Byron era por su naturaleza hombre de muy exquisita sensibilidad, mal educado, cuyo corazon hubo de verse sometido desde la más temprana juventud á rudas pruebas; desgraciado en sus primeros amores, cuyas primeras producciones literarias le causaron grandes contrariedades, cuya situacion pecuniaria fué dificil á veces; que no logró conocer la felicidad doméstica, à quien el público trató con singular injusticia, que sufria física y moralmente las consecuencias de los hábitos disipados que habia contraído, y que, en una palabra, era desgraciado. Pero tambien es cierto que descubrió pronto el efecto inmenso que producía en el público la relacion de sus desgracias[1]; y como la


  1. Ninguna lectura más curiosa é interesante que la del Diario y la Correspondencia de lord Byron, no solo por los datos y noticias que contiene acerca de su persona, sino tambien por su extraordinario mérito. Sus cartas, á lo ménos las que escribió en Italia, pueden clasificarse entre las mejores que en su género se han redactado en lengua inglesa: son ménos afectadas que las de Pope y las de Horacio Walpole y más completas é interesantes que las de Cowper. Sabiendo que la mayor parte de estas epistolas no se escribieron únicamente para las personas à quienes iban dirigidas, sino es que fueron á manera de circulares destinadas á número considerable de lectores, teníamos la seguridad, áun ántes de leerlas, de hallar en ellas, con repetidas muestras de ingenio, muchas faltas de naturalidad y sencillez. Estábamos, lo confesamos sinceramente, prevenidos contra ellas. y predispuestos á descubrir sus menores defectos de estilo; pero su exámen detenido y reflexivo logró persuadirnos de que si la manera epistolar de lord Byron no fué natural y sí fingida, ofrece en este género de literatura un ejemplo raro y admirable de
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