Página:Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf/219

Esta página no ha sido corregida
175
Lord Byron.

Ningun escritor tuvo nunea á su disposicion tan grande cosecha de menosprecio, de elocuencia, de misantropía y de desesperacion como Byron; su caudal era inagotable, y ni el arte podia ser eficaz á dulcificar, ni tampoco las derivaciones á disminuir la impetuosa corriente de sus ondas siempre amargas. Nunca se vió en la monotonía variedad semejante á la que él desplegó, pues desde la carcajada del loco hasta el lamento más dolorido, pulsó todas las notas de la angustia humana: los meses sucedian á los meses y los años á los años, > Byron proseguia repitiendo siempre que la desgracía, el dolor, la desventura son la herencia comun de los mortales; que la desventura y el dolor supremos son el patrimonio de los séres superiores; y que todos los afanes, todos los anhelos, todos los deseos que nos agitan y conmueven y oprimen nos arrastran igualmente al término de todo, que es el dolor: al dolor del despecho, si no se satisfacer; al de la saciedad, si quedan satisfechos. Sus héroes son hombres que han llegado por caminos diferenles à la misma desesperacion, hastiados de la vida, en guerra con la sociedad, que no tienen más apoyo ni más amparo en sus angustias que el orgullo, invencible, inmenso, comparable sólo al de Prometeo encadenado en la roca, ó al de Satanás en las bogueras infernales; que pueden reprimir y domar sus torturas con la fuerza de su voluntad, y que, hasta el fin, desafian bravamente á cielo y tierra. Byron se presentó siempre à los ojos del mundo como un hombre de la misma familia de sus creaciones favoritas; como un hombre cuyo corazon eslaba seco, que habia perdido para siempre la facultad de ser feliz, pero cuya energia incontrastable osaba mirar frente à frente, con rostro sereno,