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Lord Byron.

un vago deseo de novedad, una disposición á recibir con aplauso cuanto se presentara revestido de las apariencias siquiera de la originalidad. Pero los momentos de las reformas abundan siempre en impostores. La sacudida que produjo el rompimiento con la Iglesia romana, produjo lambien los excesos de los anabaptistas; la sacudida que destruyó en Francia los abusos del gobierno llamado del antiguo régimen, produjo los jacobinos y los theofilántropos, y del propio modo Macpherson y Della Crusca fueron á los verdaderos reformadores de la poesía inglesa lo que Kniperdolling fué à Lutero ó Anacarsis Clootz á Turgot. El éxito de las farsas de Chatterton y de las más despreciables aún de la literatura irlandesa, demuestran que el pueblo comenzaba á gustar de la antigua poesía, aunque diera muestras de poco discernimiento. Jamás ántes dió el público tanto crédito como entonces á relaciones que ningun valor tenian, á historias sin fundamento y á libros sin valor; que todos estaban dispuestos à recoger y aceptar por bueno cuanto fuera parte á romper la frialdad monótona de la escuela correcta.

. El precursor de la restauracion de la literatura Inglesa fué Cewper. Su carrera literaria comenzó y acabó casi al mismo tiempo que la de Alfieri. La comparacion de ambos poetas se antojará, tal vez, á primera vista, casi tan extraña como la que se hizo, segun dicen, en 1645, de Jorje II con Enoch, ministro presbiteriano y adicto por extremo á su rey, porque no parece posible que hubiera nada de comun entre el calvinista pacífico, tímido y melancólico, en quien la tiranía de sus compañeros habia sofocado el fuego de las pasiones desde la más temprana edad, que no tuvo nunca valor de ganar su