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Estudios literarios.

parte, la poesía puede abarcar horizontes infinitamente más dilatados que ningun otro arte de imitacion, ó, mejor dicho, que todos los artes de imitacion juntos. El escultor solo imita la forma; el pintor, la forma y el colorido; el actor, la forma, el color y el movimiento, mientras el poeta solo suministra las palabras. La poesía posee, como los demas artes, el mundo exterior; pero el corazon del hombre le pertenece á ella sola, pues mientras el pintor, el escultor y el artista dramático no logran poner de relieve, así de los caracteres como de las pasiones de la humanidad, sino es aquella pequeña parte que se deja ver de ellos en el ademan y en el rostro, signos imperfectos siempre y à las veces encubridores de lo que palpita dentro, solamente la palabra puede mostrar las más íntimas y complexas de la naturaleza humana. Por tal manera, la poesía imita al propio tiempo cuanto existe en el mundo exterior y en el interior, el aspecto de la naturaleza, las vicisitudes de la fortuna, el hombre tal cual es en sí mismo y tal como parece ser en la sociedad, todo lo que existe realmente, y todo aquello que recogido en nuestro espíritu, combinando las partes diversas de cuanto existe realmente, logra formar en la fantasía una imágen. Por eso el dominio de este arte es tan vasto y dilatado, que se extiende hasta donde alcanzan las facultades de la imaginacion. Un arte destinado esencialmente á la imitacion no deberia en verdad ballarse sujeto á reglas que tienden solo á privar á sus imitaciones de la perfeccion que podrian conseguir por otros medios; y los que se someten á ellas, ántes merecen ser calificados de incorrectos que de correctos artistas.

Para juzgar equitativamente de las reglas que han