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Estudios literarios.

pobrecidos por una serie prolongada de locuras y de crímenes, que alcanzaron escandalosa publicidad, tanta y tan triste, que aquel à quien sucedia murió en la miseria, y á no ser por la indulgencia de sus jueces hubiera muerto en el patibulo: el jóven Par poseia grandes facultades de inteligencia; pero con algo de insano: su corazon era naturalmente sensible y generoso; pero su carácter, colérico y mudable: su cabeza era un modelo de hermosura, y su andar innoble, como que uno de sus piés era deforme: notable por la fuerza y por la debilidad de su espíritu, afectuoso y malo, personaje ilustre y pobre inválido al propio tiempo, nadie hubo menester tanto como él de recibir educacion más sólida y prudente. Mas, por extraños que fuesen los caprichos de la naturaleza respecto de él, la madre à quien cupo en.suerte formar su carácter fué más caprichosa todavía, porque así pasaba del paroxismo de la cólera al paroxismo de la ternura, como del llanto á la risa, como colmaba á su hijo de caricias, como lo cubría de invectivas y de apóstrofes afeándole sus defectos. Entró luego en la vida del muado, y las gentes lo trataron como lo trató su madre: á las veces con amor, á las veces con saña, nunca con justicia; que la sociedad fué para con él afable y dura indistintamente; pero siempre sin criterio ni discernimiento, pudiendo decirse que su madre, la naturaleza, la fortuna, la fama y la sociedad se condujeron con él de idéntico modo. Sus primeros poemas fueron acogidos con un desprecio que no merecian por cierto, a pesar de su flojedad, y el que publicó á la vuelta de sus viajes se recibió con elogios exagerados, y á los veinticuatro años vió colocado su nombre á la altura del de Walter Scott, de Wordsworth, de Southey y de una multitud de es-