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Estudios literarios.

de exageracion, y no estamos muy seguros de que las mejores historias no sean aquellas en las cuales se emplea en cierto modo y hasta cierto punto cierta parte de ficcion, porque si bien es cierto que la exactitud pierde algo, no lo es menos que el efecto gana mucho en ello, descuidando un poco las líneas secundarias para que los rasgos característicos se graben y queden para siempre fijos en la me moria.

Termina la historia con la muerte de Lorenzo de Médicis. Parece que Maquiavelo se proponia continuaria; pero acabó su proyecto con su vida, y Guichardini fué quien tomó sobre sí el triste cargo de narrar la historia de la desolacion y de la ignominia de Italia. Sin embargo, vivió lo bastante para ver el último esfuerzo intentado por los florentinos en favor de la libertad. Poco tiempo despues de su muerte, quedó la monarquía establecida de una manera definitiva, no una monarquía semejante á aquella cuya base asentó tan fuertemente Cosme de Médicis en las instituciones y en el corazon de sus compatriotas, y que Lorenzo revistió de todos los trofeos de la ciencia y de las artes, sino es una tiranía odiosa, vil y altanera, sanguinaria y débil, hipócrita y licenciosa. Y como el carácter de Maquiavelo era repugnante á los nuevos señores, y las partes de su teoría que se acomodaban á sus prácticas dieron pretexto á denigrar su memoria, se vieron sus obras desfiguradas por los sabios, mal comprendidas por los ignorantes, censuradas por la Iglesia, execradas con tode el encono de la fingida virtud por los instrumentos de un gobierno despreciable, y anatematizadas por los ministros de una supersticion más despreciable aún. De esta suerte el nombre del varon ilustre cuyo ingenio iluminó las tinieblas de la política, y