Página:Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf/155

Esta página no ha sido corregida
111
Maquiavelo.

los medios más atroces; que no toleró en la órbita de su incontrastable despotismo más bandido ni más opresor que él, y que cayó, al fin, en medio de las maldiciones y de las lágrimas de un pueblo que asombró con su genio, y al que hubiera podido salvar. Entre los crímenes de César Borgia los hay que nos parecen más odiosos que todos los demas, pero que, por las razones ya expuestas ántes, no excitarian el mismo sentimiento entre los italianos del siglo XV. El patriotismo pudo tambien inducir á Maquiavelo à consagrar un recuerdo de indulgencia y dolor á la memoria del único hombre que bubiera logrado defender la independencia de Italia contra los foragidos confederados de Cambray.

Esta causa era la que más hondas raíces tenía en el corazon de Maquiavelo. A decir verdad, todos los hombres eminentes de Italia soñaban con la expulsion de los tiranos extranjeros, y la vuelta del siglo de oro que precedió la invasion de Cárlos VIII. Esta manera de vision sedujo el espíritu poderoso, pero mal dirigido, de Julio II; compartió con los manuscritos y las salsas, y los artistas y los alcones la atencion del frívolo Leon X; inspiró la generosa traicion de Morone; dió pasajera energia al ánimo y al euerpo, harto débiles ya, del último Sforza, é infundió por un espacio, aunque breve, cierta honrada ambicion en el alma pérfida de Pescara. Como la ferocidad y la insolencia no se contaban en el catálago de los vicios nacionales, el código moral de los italianos juzgaba con sobrada indulgencia las crueldades inteligentes de los políticos que con un in grande y patriótico se cometían, haciendo sus víctimas en personajes de cuenta. Pero, si bien recurrían á las veces á procedimientos bárbaros como medio de resistencia, les repugnaban tanto como