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Maquiavelo.

empequeñecerlo todo. Así es que la imaginacion, la elocuencia, la poesía y las bellas artes constituian su mayor encanto, y en cambio recibian de él proteccion generosa y discreta con mano liberal y seguro criterio. Los retratos de los italianos de más cuenta de aquella época se hallan en perfecta relacion con lo que dejamos apuntado, y que puede llamarse su retrato moral: frentes anchas y majestuosas; cejas pronunciadas y negras, que no se fruncen nunca; ojos cuya mirada llena y tranquila nada dice y parecen verlo todo; mejillas pálidas con el esfuerzo de la meditacion y á efecto de la vida sedentaria; labios de femenil delicadeza, comprimidos con firmeza más que varonil; rasgos todos que indican hombres emprendedores y tímidos á la vez, tan hábiles para penetrar los propósitos más secretos de los demas como para encubrir los propios; enemigos formidables y amigos poco seguros; mas al propio tiempo de carácter benigno y justo, y de inteligencia tan grande y sutil, que así los hacía eminentes en la vida activa como en la contemplativa, y tan aptos para gobernar á la humanidad como para instruirla.

Cada época y cada pueblo tienen ciertos vicios característicos, que predominan casi universalmente, que con dificultad y empacho se confiesan, y que los más rígidos moralislas no censuran sino es de una manera débil. Las generaciones que se suceden cambian de moda de moral como cambian de moda de vestir, y al tomar bajo su proteccion nuevos estilos de perversidad, se admiran y como que se espantan de la depravacion de sus antepasados. Aún bay más: la posteridad, ese tribunal supremo de apelacion que en todo momento encarece la rectitud y la excelencia de sus fallos, ejerce su ministerio