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Milton.

incrédulos 6 Galios indiferentes en materia religiosa; pero que tenian el fanatismo de la libertad, é inflamados con el estudio de la literatura antigua, tomaban por idolo su país, y por ejemplo los héroes de Plutarco. Tuvieron cierta semejanza con los brisotinos de la revolucion francesa; pero no es fácil establecer una línea divisoria entre los Paganos y los Santas, sus devotos asociados, cuyo tono y maneras gustaban de remedar á las veces cuando así les convenia, logrando hacerlo con tal perfeccion y tán fácilmente, que en más de una circunstancia lo hicieron sin apercibirse de ello.

Pasemos ahora á los realistas. Trataremos de ellos con la misma sinceridad y buena fe que lo hemos hecho de sus contrarios los puritanos. No haremos responsable à todo un partido de la conducta desenfrenada y abyecta de los lacayos, de los tahures y de los asesinos, á quienes la esperanza del botin y de la licencia atraia de todos los antros de Whitefriars al cuartel general de Cárlos I, cuyas banderas deshonraron con sus excesos; excesos, dicho sea de paso, que jamás consintió la rigorosa disciplina de las tropas del Parlamento. Para hablar de los realistas, escogeremos tipos honrados; y, en efecto, aun persuadidos como lo estamos de que la causa del rey era la causa de la tiranía y de la supersticion, no podemos por menos que considerar con viva complacencía el carácter hidalgo de los antiguos caballeros, sobre todo comparándolos con los instrumentos, que los déspotas de otros pueblos se ven forzados á emplear en su servicio; con los autómatas que pueblan sus antecámaras y los genizaros que les dan la guardia. Los realistas ingleses no eran cortesanos sin corazon ni dignidad, de esos que pasan la vida saludando á cada paso y sonriendo