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desconozcan la destreza con que supo manejar Núñez de Arce el habla de Castilla y menos los que vacilen en tributar al poeta, justo y merecido aplauso; pero si alguien invitase á cada uno de los admiradores de D. Gaspar, á razonar las causas de la admiración ó del entusiasmo que por él sienten, mucho me temo que la explicación de las emociones y el desarrollo de los juicios que al interpelado sugiriese el numen del cantor de Maruja, fueran menos acordes que el movimiento de labios ó que el batir de palmas con que se vio honrado en vida tantas veces aquel inmortal tribuno de la lira. Recoger y entresacar de los múltiples motivos de esa heterogénea admiración aquellos que me parezcan más sólidos y reunir en apretado haz dichos motivos, sería á mi ver el modo más atinado de erigir firme pedestal á la fama del poeta. Tal es el intento que me anima al someter estos renglones al juicio y á la benevolencia del lector.

Núñez de Arce es, no solamente un poeta